Desempleo estructural

¿Qué es?

Este tipo de desempleo es aquel que se explica por cambios en la estructura económica de una o varias industrias, y se genera por que los demandantes de empleo no logran encontrar el perfil de trabajador que buscan.

Sin embargo, esto no se trata de escasez de demanda, sino que de un cambio relevante en la tecnología o conducta de los consumidores (demanda por bienes y servicios) que ha modificado las necesidades de los empleadores, mientras que los trabajadores no han tenido tiempo suficiente para ajustar sus habilidades a esta nueva realidad.

CARACTERÍSTICAS

El desempleo estructural se puede diferenciar claramente de los demás tipos de desempleo a causa de las siguientes características:

Cambios tecnológicos: Cuando se producen avances tecnológicos en una industria o sector, es posible que algunas habilidades y ocupaciones se vuelvan obsoletas, lo que puede llevar a la falta de empleo para los trabajadores que no tienen las habilidades necesarias para los nuevos puestos de trabajo tecnológicamente avanzados.

Cambios en la estructura de la industria: Las economías evolucionan con el tiempo, y algunas industrias pueden declinar mientras que otras crecen. El desempleo estructural puede ocurrir cuando los trabajadores despedidos de una industria en declive no pueden encontrar oportunidades de empleo en las industrias en crecimiento, debido a la falta de coincidencia de habilidades.
Falta de movilidad laboral: En algunos casos, los trabajadores desempleados pueden no estar dispuestos o ser incapaces de mudarse geográficamente para buscar empleo en áreas donde la demanda de trabajadores es mayor. Esto puede dar lugar a un desajuste entre la ubicación de los trabajadores y las oportunidades de trabajo.
Duración prolongada del desempleo: El desempleo estructural a menudo se caracteriza por una duración más larga en comparación con otros tipos de desempleo. Los trabajadores despedidos debido a cambios estructurales en la economía pueden necesitar tiempo adicional para adquirir nuevas habilidades o encontrar oportunidades de empleo adecuadas.
Falta de calificaciones: Los trabajadores desempleados pueden no tener las habilidades o la educación necesarias para los puestos de trabajo disponibles. Esto puede deberse a la falta de inversión en formación y educación, lo que resulta en una falta de adaptación de las habilidades de la fuerza laboral a las necesidades cambiantes del mercado.

Rigidez del mercado laboral: Las regulaciones laborales o las prácticas de contratación inflexibles pueden contribuir al desempleo estructural al dificultar la movilidad de los trabajadores o la adaptación de las empresas a las cambiantes condiciones económicas.

Como ejemplo podemos suponer que en una determinada región hay una creciente demanda de trabajadores con habilidades en tecnología de la información (TI), como programadores de software y expertos en seguridad cibernética, debido al crecimiento de la industria de la tecnología en esa área. Sin embargo, la mayoría de los desempleados en esa región tienen experiencia en sectores totalmente diferentes, como la manufactura o la agricultura, y carecen de las habilidades necesarias en TI.

A pesar de que existen oportunidades de empleo en TI, estas personas no pueden acceder a esos trabajos debido a su falta de capacitación y experiencia en el campo. Como resultado, se produce un desempleo estructural en la región, donde las vacantes en TI permanecen sin cubrir y los trabajadores desempleados no pueden encontrar trabajo en sus campos tradicionales ni en los sectores en crecimiento